lunes, 31 de diciembre de 2007

Al final de este viaje

Han pasado muchas cosas (importantes) este año.
No quiero hacer recuentos, porque ya he anotado lo justo y necesario a lo largo del mismo.
366 oportunidades, y más incluso. ¿Dije que no me importaba lo del "año nuevo"? Lo siento,. no puedo evitar buscarle el lado simbólico a las cosas.
Asegúrese de aprender de sus errores. Aprovéchelos, en vez de lamentarlos. Y asegúrese también de disfrutar y asumir sus logros. De todo se puede aprender algo.
Y tome del pasado sólo aquello que es grato y útil.
Mis mejores deseos, estimado/a. Buena estrella para usted.
Gracias a todos con los que me ha tocado coincidir.
Antes de decir adiós, algo pequeño (quizás demasiado ad hoc) para la ocasión.
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Se miraron por última vez en la bifurcación del camino. Él, listo a dar el próximo paso; Ella, dándole un último beso antes de partir. Dispuestos a encontrarse de nuevo, a caminar juntos por la misma vereda; dispuestos quizás a separarse otra vez. Como si todo hubiera sido un encuentro casual, o premeditado, daba igual.
Sin rencores o arrepentimientos, se dijeron adiós con una sonrisa, se desearon felicidad con los ojos; mientras se abrazaban, su buena estrella hacía mitosis: una mitad para cada dirección.
Sus caminos eran muy distintos, tan distintos como lo eran antes de que ambos se encontraran.
Ahora se alejaban de nuevo, quizás no demasiado, pero lo suficiente como para que no caminaran por la misma senda.
Se sonrieron de nuevo, un “buena suerte” y soltaron las manos del otro, dieron media vuelta y antes de que ella mirara atrás, él ya había emprendido el camino.
Sus ojos no volvieron a encontrarse en ese lugar.
No quedó más que emprender la retirada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y así es toda la gente en la vida... aparecen y desaparecen cuando ya nos han hecho crecer un poquito más (por lo menos en la mayoría de los casos xD)
Lo importante en esas despedidas es no quedarse mirando el camino de al lado que no pudimos recorrer, si no seguir adelante, con los ojos en el horizonte creando nuestro propio infinito.
Besos para ud.
Y "buena estrella", como siempre dice ;)
Te quiero!

Daniela Zárate dijo...

Al final las cosas pasan, y la cabeza y el corazón se hacen más fuertes. Lo mejor es que vas aprendiendo cosas de ti misma que no podrías saber si no lo intentaras. Por eso es lo bueno caerse, aprender a levantarse para la próxima.